Archivo | octubre, 2011

Flatmates.

23 Oct

Bueno llego el momento de actualizar. Han sido muchos días sin hacerlo por diferentes motivos pero hay tanto que contar que se me acumula! Ya llevo un mes aquí y con esta entrada serán 4, como iba a escribir una a la semana creo que puedo decir que sigo dentro de la media. 🙂

En esta entrada os voy a hablar de los 3 personajes con los que comparto piso, posiblemente a muchos de los que me leéis esto os sea indiferente, normal por otra parte jejeje. Pero la verdad, es que quiero hablar de ellos, por que no ha sido un mes fácil ni mucho menos en algunos aspectos y ellos me han ayudado mucho. No, no me han dejado dinero mi me han hecho la comida, pero simplemente el hecho de que en casa tengamos este buen rollo sirve de mucho.

Os hablaré de ellos en función de la habitación que ocupan en la casa. En primer lugar la habitación a la derecha y con la que comparto balcón (si se le puede llamar balcón…)

Alberto Jimenez Cortadi.

Nacido en Bilbao y residente en Vitoria (nadie es perfecto). Hincha del Athletic y estudiante de Físicas en el campus de Leioa. Le gusta mucho escuchar música y subirse a escenarios disfrazado de oso para cantar y bailar delante de la gente.

Llego a Nápoles el mismo día que yo aunque por la tarde y acompañado de su hermana Laura y Asier con los que estuvo viendo Roma unos días antes. Desde el primer momento me dio la sensación de ser un tío muy natural y simpático y así ha sido desde entonces. Nunca sabe decir «no» para ir a dar una vuelta y arrima el hombre en casa cuando hace falta. El único problema que le hemos encontrado de momento es que cuando sales con él de fiesta tienes que estar preparado por que es difícil seguirle el ritmo.

FICHA TÉCNICA

Mote: Tito
Nacimiento: 1988 en Bilbao
Primera vez que salé del nido.
En Napolí hasta febrero de 2012.

Música más escuchada: Sum 41
Plato más cocinado: Risotto marca Carrefour
Pizzas ingeridas: incalculables
Asistencia a clase: 3 veces
Alcoholímetro: 53 peronis

                                                                                                                                        Victor Samuel y Mario Sanchez

Jajaja. Con esto defino lo que ha sido mi relación con estos dos.

Nacidos en Zamora y Monforte. Residentes por motivos de estudios en Salamanca (ya sabéis el dicho…). Ambos estudian Derecho, uno colchonero y el otro culé. Aquí en Napolì comparten una habitación que es algo más grande que las demás y que tiene una pared a medio tabicar (si a medio tabicar, surreal como todo aquí) y la verdad es que se llevan genial.

Les conocí nada más llegar a Napolì, ellos llegaron el día anterior y nos organizamos para quedar e ir juntos al piso. Cuando llegué al Duomo y les ví sentados me dieron la sensación de ser dos tíos muy formales (primer error) y serios (segundo error) y es que en realidad son dos cachondos mentales.

Mario es el tío que es capaz de sacarnos una risa a todos los Erasmus, en mi caso una carcajada. Un tío para que me entendáis tiene un correo electrónico que empieza por fiestuki…@, que abre la boca y te ríes y que cuando habla enserio te sigues riendo, lo cual provoca su enfado a veces. Le gusta comer bien, cocinar y muchos días no sale para quedarse en casa tocándose. Está entregadísimo al curso de italiano y a pesar de lo que diga terminará hablando bien.

Victor.. ay Victor! Un tío que al segundo día de llegar a Napolì ya puso en su facebook que trabajaba en Birra Peroni y al que prácticamente el 80% de la comunidad Erasmus ya conoce. Siempre está de buen humor y siempre tiene buenas palabras para todo el mundo. Le gusta la fiesta como a ninguno y es otro que no sabe decir no cuando hablamos de cachondeo! Tiene una enfermedad no diagnosticada que consiste en que en cuanto ve un plato sucio tiene que lavarlo. Ante todo Buen amigo.

Ambos son un combo genial y contagian ese buen rollo que siempre tienen.

FICHA TÉCNICA

Mote: Monfor
Nacimiento: 1988
El veterano en lo de vivir fuera de casa.
En Napolí hasta junio de 2012.

Música más escuchada: Superhits
Plato más cocinado: Lentejas
Pizzas ingeridas: incalculables
Asistencia a clase: 1 vez
Alcoholímetro: 20 peronis

 

FICHA TÉCNICA

Mote: Victor a.k.a. Samuel a.k.a. Jorge
Nacimiento: 1988
Años lidiando la noche salmantina.
En Napolí hasta junio de 2012.

Música escuchada: Superhits de Mario.
Plato más cocinado: Insalatina
Pizzas ingeridas: incalculables
Asistencia a clase: 1 vez
Alcoholímetro: 54 peronis

 

 

 

En definitiva, para no conocernos antes de venir el ambiente en casa en maravilloso. Hasta pienso que tengo suerte de tenerles aquí ya que como suelo decir… «Si hago un casting no me sale mejor…»

Ci vediamo!

Nuestra casera e la sua amica.

4 Oct

Vuelvo con la tercera entrega del blog donde os voy a hablar más en detalle sobre la llegada a nuestra casa.

21 de septiembre y tras un viaje no cuanto menos curioso en el Alibus que me dejo en Piazza Garibaldi, caminé por primera vez por la calle Corso Umberto I que es una avenida principal en Napolì donde se encuentra entre otras cosas la sede principal de la universidad donde estoy matriculado, la Federico II. Caminaba como un turista, mirando a todos lados y llevándome una muy buena primera impresión sobre la ciudad. Tirando como podía de mi maleta rota (una rueda no apoyaba) subí hasta el Duomo o Catedral de Napolì que es donde había quedado con 2 de mis nuevos compañeros, Victor y Mario.

Mario y Victor son dos estudiantes de Derecho de la universidad de Salamanca. Mi primera impresión en persona fue la de que eran dos chicos formales y extrovertidos. Caminamos hacia nuestra calle, que rápidamente reconocimos gracias a los paseos dados con anterioridad con el street view de google y llegamos a Via Anticaglia 24, al levantar la cabeza, allí estaba Lucia nuestra casera, haciendo aspavientos y diciendonos que subiéramos, y así lo hicimos.

Nos armamos de valor maleta en mano y a subir escaleras. Al llegar nos dio la mano y dos besos como si fuese nuestra madre, nos presento a alguien que se llamaba «mi amica» y comenzó a hablar en un perfecto y rápido italiano/napoletano al que nosotros respondíamos con un perfecto «Va Bene» seguido de asentimiento con la cabeza y miradas entre nosotros del tipo «que ha dicho?». Nos enseño la casa, las habitaciones, el hall, el comedor, el salón y le pagamos, nos cayo bien pero yo al menos tenía ganas de tirar las maletas y comer algo. Lo mejor fue que la señora tuvo el detalle de comprarnos unos platos que repitió como 60 veces que eran nuevos y como no, una bombilla. Creo que nunca he vivido algo tan surrealista como esto… Nos enseña la caja de la bombilla, nos la vuelve a enseñar, nos pide que la abramos y nos vuelve a decir, una bombilla. No contenta decide que lo mejor era no perder tiempo y ponerla ya, así que ahí cogí la bombilla y acompañado de «Mi amica» fuimos a la cocina, el medio minuto siguiente fue un intercambio de gritos, también en perfecto italiano donde Lucia y su amiga intentaban ponerse desacuerdo en confirmar que habían quitado la luz para no morir electrocutado. Hasta 3 veces me dijo, ahora… seguido de no no no! espera espera… ahora… no no no! espera espera… hasta que finalmente la puse y la cocina se ilumino. Lucia me miro y volvió a decirme, es nueva eh!
Agradecidos nos despedimos y por fin cerramos la puerta convirtiendose oficialmente en nuestro piso.

Hablé con Mario y Victor y entre los tres decidimos que lo mejor era comer algo fuera y como no, disfrutamos de nuestra primera pizza en Napolì.

A la tarde se unió a la fiesta Alberto, tercer compañero de piso que vino acompañado de su hermana Laura y Asier.

En mi próxima entrada hablaré sobre los 3 personajes que conviven conmigo.

La casa es comoda, no tenemos lujos, pero la verdad es que no nos quejamos. Una zona común donde comemos o vagueamos o incluso montamos cenas para 12 personas. Una cocina donde hay que pedir permiso para pasar si coincides con alguien. Una habitación doble a medio tabicar pero donde se respira mucho amor. Y dos individuales, una la mía que para mi sorpresa tiene una cama donde podríamos dormir los 4 del piso, un lujo vamos. Estamos muy contentos por que después de las dos jornadas de limpieza donde sacamos mierda para parar un tren, hemos conseguido darle nuestro toque. Estamos muy agosto y realmente cerca de todo así que creo que en este caso fue un acierto el llegar con la casa cogida desde Bilbao.